Mario Vargas Llosa ha confessat que no té talent: "Mi disciplina a la hora de escribir nació de la comprobación deprimente de que no tenía inspiración. Por eso me sirvió tanto descubrir, cuando llegué a París en 1959, a Flaubert y, sobre todo, su correspondencia. Flaubert empezó siendo un mal escritor, un mero imitador, y para llegar a ser el genio que fue se impuso una disciplina de galeote. Yo llegué a la conclusión de que si uno no tenía talento podía provocárselo a base de trabajo".
També ha exposat les seves idees polítiques: "Hay que acabar con los caudillos, que no son más que máquinas destructoras, y hay que aceptar esa cosa que a veces parece mediocre que es la democracia. Un escritor sabe lo importante que es la forma. Si se rompen las formas de la democracia lo que sufre es su contenido".
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